En el mes de mis padres...

LEGADO
Mi viejo nunca quiso ser uno entre los chantas.
Un día le dijo adiós al pastoreo y las rías,
y vino. No a jugarse la vida a la marchanta
ni por la guita. Familia y libertad quería.

Se tomó el buque por ellas, vino sin un mango.
Trajo en la valija fe, recuerdos, esperanzas
y no supo de timbas, de burros ni de tango;
aprendió de cafés entre fiambres y balanzas.

Corazón nostálgico que callaba añoranzas,
se amparó bajo los soles libres de dos ríos
mi sembrador de vida sin tiempo para chanzas.

Hoy su legado me exige con los mismos bríos,
mientras dos metros bajo el prado verde descansa:
La libertad no muera, yerta, azul de frío.

REENCUENTRO

¿Los ves mamá? miralos, ¡que bien usan la zurda!
Te presento a Martina y Santiago, tus biznietos.
Desde allí donde estás, gozalos, tienen reflejos
de las virtudes tuyas, y muy pocos defectos.

Franca para decir, impetuosa y sin complejos
es Martina, como vos, amiga del espejo.
El varón es Santiago, se te parece menos.
Esperalo que tuyo tiene mucho por dentro.

Vieja, tal vez me atrasé en darte tu poema.
Te lo debía, lo sé. Dame un poco más de tiempo
que en mis dos nietos te veo viva en mis recuerdos.

Confiá en éste tu hijo a quien le diste tanto.
Mi amor por vos y el arte, no mueren y presiento
que el día menos pensado vendrán por ti más versos.

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Copyright (C) 2010, Rodolfo Piay. Todos los derechos reservados.

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